viernes, marzo 16, 2007

Grandes misterios de la cultura italiana. VII

Entrega 7ª: Il trasporto.

No permitais que Italia se os atraviese: ¡¡¡Atravesadla!!!
Es un paseito más bien largo, pero no podeis decir que no os lo ha avisado…que por algo se puso forma de bota.

Y si un niño de corta edad y con el disgusto que llevaba encima, pudo atravesarla de norte a sur y de este a oeste con un mono a cuestas…qué no podremos hacer hoy con lo que han evolucionado los medios de transporte.

Un poquito de solidaridad:


Os propongo algunas opciones:

Para los prácticos: el motorino.

Cómodo y rápido.
Sacarte el carnet de motorino es muy fácil. El código de circulación sólo tiene dos páginas: en la primera pone “código de circulación”, en la segunda “sálvese quien pueda”.

Podrás esquivar peligrosamente los coches, aterrorizar a los viandantes y zigzaguear la discontinua….


En verano, se agradece el vientecillo que genera la velocidad.
Y en invierno…¡corre aún más! y verás que la nieve no tiene ni tiempo de asentarse en la parte de atrás.


Para los horteras: carro de caballos.

Hmmm…teniendo en cuenta que la mayoría de calles en Italia, ni siquiera están asfaltadas…sería recomendable buscar una carroza con “cinturón de seguridad", si no quieren trotar más de la cuenta.
Eso sí, causarán sensación subidos en tan espectacular carroza. Y echandole un pelín de cara ¡ qué coño! ¡aprovechen el dineral invertido: pamela, guantes blancos y a saludar reyes!

Más de uno, pensará que sois alguien importante en vez de un pringadillo que se ha equivocado de transporte.




Para los románticos: las góndolas.

Si lo que quereis es sorprender a vuestra amada, no seais cutres y evitad las de oferta… como la de la foto.


Porque que el gondolero no se llame Luigi…vale… que no cante Torna Sorrento bueno, que no te diga “ciao bella ciao bella” pase… y lo de no ir uniformado con su camisa de rayas blancas y negras y su ridículo sombrerito vaya…pero ¿y esa alopecia?
¡Un poquito de respeto por el prototipo italiano, que una se hace ilusiones…!


Para los amantes del buen vivir: barco de lujo.

Podreis re-inventar la historia de DiCaprio en su cubierta, mientras se dibujan al fondo las espectaculares costas italianas.


Y además, no hay que preocuparse por los icebergs, lo más peligroso del viaje, será cuenta del mini-bar.




Para los humildes: el autobús.



A. ¿Sabrías reconocer a una persona con uniforme de "revisor"?

B. ¿Eres capaz de bajar 3 escalones a gran velocidad y correr como alma que lleva el diablo
?

Si tu respuesta a estas dos preguntas es afirmativa: Enhorabuena, el autobús para tí es gratuito.
Si no, lamento comunicarte que formas parte de la minoría de “amargados-pagadores del autobús- en Italia”.

La decisión está en tus manos. El subidón de adrenalina que produce viajar sin billete, es una sensación alucinante, que hará de tu trayecto una experiencia inolvidable.



Para los iluminados: autobús de Roma cristiana.

Y os preguntareis ¿qué diferencia existe entre el autobús cristiano y el normal?
Pues bien, básicamente es esta:


El cristiano: como eres bueno, pagas para que te acerque a Dios,
El normal: como sólo pagas si eres bueno, no lo paga ni Dios.

Lo dicho.


Para los malos, muy malos: el metro.


Realizareis largos trayectos bajo tierra… embriagados de olores nauseabundos y soportando un ruido que atormenta hasta el más pacífico.
Allí en la penumbra de sus inacabables túneles y acompañado por grotescos personajes…

¡¡¡Quizá –y sólo quizá- podais redimiros!!!


UAAAA….jajAJA…La cosa se parece bastante al infierno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja! Maider, siempre me encantan tus entradas sobre Italia...son para descojonarse :) Por cierto, creo que pertenezco a la clase de amargados que pagan el bono para el autobùs...bueno, un pelìn por encima del nivel metro (sòlo porque en Parma no hay, jajaja!)!
Vas a volver a Bologna?
Un besito!