martes, noviembre 07, 2006

CARA ITALIA: Donde la realidad supera a la ficción.
Creo firmemente que el tal Erasmo de Rotterdam, no es otra cosa que uno más de los grandes inventos de los padres, si, si, algo así como el hombre del saco…
Me explico: ¿alguien cree de verdad que a un gran erudito se le ocurriría mandarte un año entero al extranjero pagándote sólo 70 euros al mes? Coño, que sería de letras, pero no hace falta ser economista para darse cuenta de que la ecuación no sale.

En fin, dejando al margen esta hipótesis, el caso es que el pasado curso 2004-2005 también yo obtuve una de esas maravillosas becas Erasmus, en mi caso, destino Bologna (Italy).
Si bueno… “que guay…he conocido a un montón de gente, he aprendido un montón (fiesta se dice ‘festa’, cerveza ‘birra’, estudiar…no me acuerdo…)”, y todas esas cosas que te preparas en el avión de vuelta para decir en tu casa cuando llegues.
Personalmente, creo que este original discurso podría incluso añadirlo la propia universidad a los mil panfletos informativos que te entregan antes del comienzo de la gran aventura: acuerdo con la universidad de destino, convalidación del expediente académico, certificado del seguro médico europeo, anexo de “qué contar para que todo esto parezca serio”…

Pero más allá de toda esta sarta de mentiras despiadadas que narramos compulsivamente, hay una gran enseñanza que sacamos en claro de toda esta historia, y es que…hay suelta por el mundo mucha, pero que mucha rareza.
Para los más incrédulos: mi pequeño homenaje por los viejos tiempos.

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